Volver al blog

¿Sabes si padeces una fobia?

Alex González Grau
¿Sabes si padeces una fobia?

Quiero que hablemos acerca de un tema muy común, es algo que todos hemos oído mencionar y seguramente conocemos a alguien que lo padece. Se trata de las fobias.

Si prefieres conocer sobre este tema viendo un video, aquí puedes encontrarlo

Las fobias son un tema sumamente importante porque, si nos referimos exclusivamente a las fobias específicas, ellas afectan al 11% de la población. Once de cada cien personas padecen una fobia específica. Pero a eso debemos sumarle la fobia social y la agorafobia. Entonces, veamos de qué se trata cada uno de estos puntos.

Empecemos con las fobias específicas.

Las fobias específicas se refieren a un miedo irracional ante algo que nosotros, racionalmente, sabemos que no nos puede hacer daño. Sin embargo, nuestra mente mágica nos hace creer que nos va a hacer daño. Las fobias son remanentes evolutivos, que aparecen cuando no hay necesidad de que aparezcan. Típicamente, las fobias comienzan en la niñez o a los venti-tantos años, o sea, en la tercera década de la vida.

Entonces, comentábamos que las fobias son miedos irracionales. ¿Miedo a qué? Por ejemplo, existen las fobias situacionales. Son las fobias ante circunstancias como el encierro o la altura, situaciones que no necesariamente tienen que producirnos daño, pero a las que nosotros les tenemos un temor irresistible.

Tenemos las fobias medioambientales, que son las que se presentan ante elementos naturales. Por ejemplo, existen personas que viven con pánico cuando hay una lluvia, una tormenta o cualquier otro fenómeno natural.

Tenemos las fobias animales, que se dan ante animales pequeños, que normalmente no deben representar un peligro. Por ejemplo: un pequeño grillo, un escarabajo, una lombriz, un gusano; son suficientes para que una persona entre en pánico, y huya.

Y tenemos por último, las fobias tipo sangre-inyección-daño. Que como su nombre lo indica, se presentan cuando la persona está ante una herida, ve sangre o está expuesta a una aguja hipodérmica. Por ejemplo, le van a sacar sangre o le van a aplicar una inyección.

Así que, resumiendo, tenemos dentro de las fobias específicas: la fobia situacional, la fobia mediambiental, la fobia animal y la fobia tipo sangre-inyección-daño. Estas fobias afectan al 11% de la población.

A continuación, podemos mencionar la fobia social, que se refiere a que la persona experimenta un intenso temor cuando tiene que enfrentarse a un público. Puede ser porque va a hablar ante el público, va a comer en un restaurante, va a interactuar de cualquier manera. Entonces, la persona siente que la están escudriñando, que la gente está pendiente de cualquier error que pueda cometer, que la gente lo está analizando constantemente. La persona tiene miedo a equivocarse, a que las cosas no le salgan bien.

La fobia social es importante porque es incapacitante y la persona termina rehuyendo una serie de situaciones que podrían ser benéficas para ella. Como por ejemplo, una reunión de trabajo, presentar un tema ante una clase, trabajar como profesor; en fin, la fobia social es un verdadero problema.

Y por último, debemos mencionar la agorafobia, que es el temor a estar en lugares en los que la huida o el escape puede ser difícil o embarazoso en caso de que nos encontremos padeciendo un ataque de pánico, un infarto, una diarrea, o cualquier otro tipo de situación. Entonces, estas personas evitan los sitios congestionados, como pueden ser el transporte público y los estadios, entre otros.

La mala noticia, es que la mayoría de las personas que tienen fobia no consultan. Y no consultan por dos motivos: el primero, porque les da vergüenza; y el segundo, porque no saben que esto tiene cura. En efecto, las fobias tienen tratamiento y tienen muy buen pronóstico . Una persona con una fobia que reciba un tratamiento conductual va a mejorar en la gran mayoría de los casos. Es un trabajo que se hace con base en tareas que le asigna el terapeuta. O sea, que ni siquiera debe ir frecuentemente a consulta, ni son tratamientos muy largos. En cuestión de meses, o semanas, una fobia puede verse corregida.